SINOPSIS

Desde un puerto pesquero, los pescadores salían todos los días felices a la mar. En el pueblo se quedaban las mujeres  cosiendo las redes y  cuidando a los niños mientras esperaban a los hombres.  Los días de descanso se organizaban grandes fiestas en el puerto. En una de ellas, una joven se enamoró del capitán. Cuando el capitán estaba embarcado pasaban las horas soñando estar juntos. Los días en tierra ni tan siquiera hablaban, sólo soñaban mirándose a los ojos con las manos entrelazadas.

En un amanecer un grito retumbó desde la  Atalaya :

“¡Ahí estan, Han aparecido!.

Los pescadores corrieron a la txalupa, tenían que ir a pescar. Pasaron el día remando y faenando, pero al atardecer la aleta de un enorme pez azotó la embarcación. El capitán cayó por  la borda y desapareció. Miraron a proa y  a popa, a babor y  a estribor, pero fue en balde, el  capitán no apareció.

Cuando la txalupa llegó a puerto, las mujeres besaron a sus hombres y se cobijaron en sus moradas. En el puerto  se quedaron solo la txalupa y la chica, envueltas entre salitre y lágrimas.

Desde entonces, todas las tardes, la  enamorada sube a la atalaya a otear el horizonte con la única compañía del canto de  una gaviota.

Una noche, un viejo pescador subió a la torre y vió un resplandor en la mar, llenó sus pulmones de aire y lanzó un grito tembloroso y emocionado:

“¡Allí Está, Allí Está!”

Los pescadores cogieron redes y salabardos, y salieron a por él. Buscaron  y buscaron, pero no encontraron nada. “Será una  alucinación del viejo”, murmuraron los jóvenes.

Sin mediar palabra volvieron al puerto. Allí les esperaba la chica en compañía de la gaviota. Al amarrar el bote un golpe de viento se llevó a la gaviota y en su lugar apareció el capitán.